Léxico veterinario
La rabia
Generalidades
La rabia es una de las infecciones virales más antiguas que conoce la humanidad. Se trata de una zoonosis presente a nivel mundial que puede afectar a mamíferos y en raras ocasiones también a aves.
La OMS estima que aún hoy cada año mueren decenas de miles de personas por esta enfermedad globalmente, sobre todo en África y en Asia, entre ellos muchos niños. Asimismo, se ha documentado una alta incidencia de la rabia en Asia, América Central y del Sur, así como en Europa del Este.
Según el transcurso epidemiológico y la especie afectada, se puede realizar la siguiente clasificación:
- Rabia urbana (perros, gatos): En este caso, el perro es el principal reservorio.
- Rabia silvestre (zorros y animales silvestres): En este caso, son carnívoros salvajes quienes transmiten la enfermedad.
Existe también una forma especial de rabia transmitida por murciélagos. En este caso, los transmisores son murciélagos que se nutren con sangre (murciélagos vampiros). Esta forma de la rabia causa grandes estragos entre los bovinos de pasto libre en América Central y del Sur.
Los virus de la rabia son virus neurotropos (atacan el sistema nervioso) que causan una enfermedad del sistema nervioso central caracterizada por la alteración del estado de la conciencia, cambio de comportamiento (mayor excitabilidad, hidrofobia (miedo al agua), aerofobia (miedo a las corrientes o al aire libre), fotofobia (sensibilidad a la luz)) y parálisis progresiva. Normalmente, tras la aparición de síntomas clínicos la enfermedad es letal. El patógeno de la rabia clásica es el virus de la rabia (RABV) y el reservorio natural de este son los mesocarnívoros (perro, zorro, coyote, mapache, mapache japonés, mangosta).
Contagio
Periodo de incubación
Excreción del virus
Los animales infectados excretan el virus principalmente a través de la saliva. Aparte de eso, puede propagarse por la orina, las heces y el aire espirado. El virus puede comenzar a excretarse de entre 1-13 días de la aparición de los síntomas.
Cuadro clínico clásico de tres fases:
- En el transcurso de unas pocas horas o días aparecen los síntomas típicos
- Duración: 2-5 días
- Cambios en el comportamiento, nerviosismo o timidez, salivación abundante y dificultades al tragar, hidrofobia (miedo excesivo a cualquier líquido)
- Los perros se vuelven irritables, miedosos, intranquilos, desde muy apegados a ansiosos por separarse, intentan huir, ladran o muerden sin motivo, a veces desarrollan prurito en la zona de la mordedura o cazan moscas imaginarias
- En el caso de los animales silvestres, un síntoma particular de la rabia es la pérdida del miedo natural a los humanos o una mayor propensión a atacar
2. Fase furiosa
- Se caracteriza por la agresividad y el caminar sin cesar
- Cuando esta fase de excitación destaca, cubriendo prácticamente todas las demás, se habla de la rabia furiosa
- Duración: 1-4 días
Síntomas:
Aumento de la inquietud y la irritabilidad, anorexia (falta de apetito), destrozar objetos a mordidas, salivación, ladridos largos, correr y escaparse, deambular sin parar, ataques a otros perros, a veces falta de coordinación y ataques epilépticos
3. Fase paralítica y depresiva
- Duración: 3-4 días hasta la muerte
- El estado de inquietud va dando paso al agotamiento y a la parálisis (por ejemplo, parálisis laríngea)
Formas especiales de la rabia
"Rabia paralítica"
- Se produce parálisis sin fase furiosa
- Duración: 2-4 días
- Más típica en bovinos, caballos y aves
- Sin expresión, mirada perdida, el perro permaneces echado sin percatarse de su entorno, salivación, parálisis de la mandíbula inferior, voz ronca, imposibilidad de comer, impresión de que el perro se ha tragado un objeto extraño, prolapso de la membrana nictitante, diferencia en las pupilas, estrabismo, parálisis del tronco y de las extremidades, seguidas de la muerte
- En el caso de la rabia paralítica, la parálisis es la característica principal
Rabia atípica
- Transcurso crónico y subclínico de hasta 3 meses o más, posiblemente a raíz de una producción de anticuerpos subóptima
- Diarrea, íleo paralítico (pseudoobstrucción intestinal), hiperestesia (hipersensibilidad), paresias (parálisis parcial), trastornos de la motilidad, depresión seguida de una mejora pasajera o duradera
Patogénesis
La gravedad de los síntomas depende de la dosis infectante y del lugar en el que se haya producido la mordedura.
Todo comienza con una herida traumática, por ejemplo, la mordedura de un animal infectado. El virus se replica primero en la puerta de entrada.
A continuación, el virus se disemina por el cuerpo de perro de forma típica. Primero, la diseminación es centrípeta (hacia el centro) y al alcanzar el cerebro cambia de dirección, volviéndose centrífuga (alejándose del centro).
¿Qué sucede en este proceso?
Tras una replicación local de 24 horas en la zona infectada, el virus penetra en las neuronas a través de las uniones neuromusculares y los husos neurotendinosos. En los nervios, el virus avanza con el líquido interaxonal a una velocidad de 7 cm/día como máximo hacia la médula o el cerebro (mínimo 18 días).
En especial, al llegar al cerebro se produce una rápida replicación y propagación de una célula a otra, seguida de una propagación centrífuga general a través de los nervios a todos los órganos y, en especial, a las glándulas salivales y los ojos.
Los síntomas que se producen surgen a consecuencia del daño que sufren las neuronas periféricas y motoras (parálisis) y el sistema límbico central (trastornos de conducta).
Diagnóstico:
- Por lo general, no es posible obtener un diagnóstico de laboratorio en animales enfermos. Por este motivo, en caso de duda, se sacrifica al animal para su diagnóstico. En el cerebro del animal muerto se puede detectar el antígeno de la rabia a través de una prueba de inmunofluorescencia.
Prevención
La única prevención es la vacunación. Para los perros se usan vacunas inactivadas.
Dada la importancia que tiene el zorro a nivel epidemiológico como transmisor principal del virus de la rabia, desde hace algunos años se vacuna a estos animales contra la rabia a través de cebos. Para ello se utilizan distintas cepas atenuadas de la rabia. Esta es la única excepción a la prohibición de usar vacunas vivas contra la rabia.
Asimismo, en casos de sospecha de rabia, el tratamiento está estrictamente regulado, al tratarse de una epizootia de obligada notificación. En Alemania, las medidas subyacen a las decisiones del Oficina para cuestiones veterinarias (Veterinäramt).
Aunque oficialmente Alemania está libre de la rabia, el Comité Permanente de Vacunación de Veterinaria hace hincapié en los siguientes puntos:
- El Reglamento alemán relativo a la rabia (Tollwutverordnung) prevé un gran número de medidas oficiales para la protección de los humanos y animales, en caso de que un perro sin vacuna antirrábica entre en contacto con un perro con sospecha de rabia (sacrificio). En tal caso, un perro vacunado puede permanecer en casa bajo supervisión oficial.
- Para evitar estos casos sospechosos, el Comité de vacunación recomienda la vacunación a partir de una edad de 12 semanas, según las indicaciones del productor. Esto es un requisito, en especial, si se traslada a un perro a otros países comunitarios o si el perro acompaña a su dueño a otros países . Algunos países exigen, además, un justificante del título de anticuerpos.
- Una inmunización base con una pauta de tres vacunas a la edad de 12 y 16 semanas, así como con 15 meses aumenta la probabilidad de alcanzar un título de anticuerpos suficiente.
- De acuerdo con el Reglamento relativo a la rabia, se alcanza una protección efectiva a través de la vacuna mínimo 21 días tras la inmunización base, siempre y cuando el animal tuviera al menos 12 semanas al vacunarse.