Fundamentos nutricionales

El perro, un carnívoro flexible


El perro lleva milenios domesticado. Su tracto intestinal, a pesar de las apariencias, apenas difiere del del lobo. El lobo se asegura su supervivencia porque dispone de una gran flexibilidad a la hora de alimentarse, siempre le queda la opción de recurrir a la ingesta de vegetales. El perro, como el lobo, es un carnívoro-omnívoro, lo que se traduce en que puede comer carne y cualquier tipo de alimento. Su espectro alimenticio originario se sustenta sobre lo que se menciona a continuación: La carne, las entrañas y los huesos como ingredientes principales de cada comida, que se aderezan con componentes vegetales como hierbas, pasto, raíces, frutos del bosque, fruta que cae de los árboles así como el contenido vegetal del intestino de las presas (que pueden contener trazas de cereales predigeridos). Alimentar adecuadamente a un perro significa que hay que imitar este concepto nutricional de la manera más natural y con la mejor calidad posible.

El fundamento de cada comida: mucha carne fresca

El perro como carnívoro y omnívoro cubre la mayor parte de su demanda energética a base de proteína animal. Por este motivo cada comida debe contener una gran cantidad de carne. Y el consumo de carne es lo único que desencadena la producción de jugos gástricos en el perro. Estos jugos son necesarios para la digestión y los segregan la vesícula biliar y el páncreas. La carne magra fresca, entre la que se incluye el corazón y el estómago (como órganos musculares), le proporciona al perro todo los aminoácidos esenciales y los ácidos grasos animales (Omega-6), que también representan un papel muy importantes en la protección de la célula y en el metabolismo canino. Las vísceras de gran calidad, como el hígado fresco, también proporcionan a los sabuesos numerosas vitaminas y minerales. Funciona de la siguiente manera: Cuanto más fresca y de mejor calidad sea la carne, de mejor calidad serán la proteína y la grasa que se obtengan de ella.

Fibra natural: el secreto de una digestión íntegra

Los elementos vegetales que el lobo toma directamente de la naturaleza, o indirectamente a través del tracto gastrointestinal de su presa, pueden imitarse de muchas maneras a través de innumerables y fibrosas verduras, frutas o hierbas. La verdura y la fruta fresca aportan vitaminas y minerales de calidad para cubrir de forma óptima las necesidades nutritivas del perro. Además ponen a su disposición fibras vegetales que son indispensables para el proceso digestivo así como para el tracto gastrointestinal. Esta fibra bruta vegetal ayuda a limpiar el intestino y a estimular la motricidad.

Escasa tolerancia a los cereales, el perro no es un caballo

Una parte del alimento se deposita del final del estómago en el intestino, donde se produce la verdadera digestión y comienza la absorción de los nutrientes. En relación con la longitud corporal, el intestino del perro es casi siete veces más largo que el animal en sí. Aunque pueda llamar la atención, esto no es nada en comparación con la longitud del intestino de un herbívoro, que es más del doble. Los mecanismos de alimentación tan diferentes de carnívoros y herbívoros quedan patentes al comparar las dimensiones de sus intestinos. Por su corto intestino y el conjunto de su anatomía, el lobo/perro no se centra en el largo proceso de división ni en el aprovechamiento de carbohidratos complejos, como los cereales y la fécula. El perro apenas produce la encima que permite el aprovechamiento de los cereales, por lo que no se digieren grandes cantidades de cereales o féculas. Como se perdería mucha energía en intentar digerir la carga que suponen los carbohidratos, otros procesos digestivos se verían perjudicados. Esto puede provocar fermentaciones anómalas que atacan a la sensible membrana mucosa del tracto intestinal. El dañar esta barrera inmune natural tiene como consecuencia que cada vez más perros desarrollan alergias e intolerancias frente a los cereales y a la fécula. Lo que puede derivar en picores, otitis, flatulencias, agitación, mal aliento y diarreas frecuentes. Una alimentación natural y adecuada carece de cereales o emplea muy pocos.

Aprovisionamiento natural de nutrientes, la naturaleza nos los muestra

Tanto las presas como los hábitats vegetales en que se alimenta el lobo/perro en libertad carecen de productos sintéticos y químicos. También en el caso del aprovisionamiento de nutrientes del perro tenemos que fijarnos en la naturaleza. Un aprovisionamiento óptimo de nutrientes se puede garantizar a través de la ingesta de verduras, fruta, hierbas e ingredientes plenamente naturales (por ejemplo, arcilla mineral, algas de mar, polen, cáscaras de huevo, levadura de cerveza, escaramujo, etc.). Al contrario que en los complementos sintéticos, en la verdura y las frutas están presentes de manera natural las vitaminas, los minerales y los oligoelementos. Están incrustados en innumerables fases previas e intermedias como sustancias vegetales secundarias. Con una perfecta interacción entre ambos, las vitaminas y los minerales pueden desplegar todos sus efectos sobre el organismo. La presa recién cazada, una fuente de mucha humedad. Un aspecto importante de la alimentación sana es poder suministrar al organismo la humedad suficiente que necesita. Indirectamente, al comerse a la presa, el lobo también ingiere una gran cantidad de agua. La carne cruda, las vísceras, los pastos, los frutos del bosque y la fruta que cae de los árboles son en un 70-80 % alimentos húmedos. De ahí consigue el lobo gran parte de la humedad que necesita. La comida húmeda contiene un porcentaje de humedad similar y es un paso adelante más en la evolución natural de la alimentación. En caso de que sea necesario suministrar pienso seco, se recomienda ponerlo a remojo en agua previamente. Existe el falso mito de que el pienso seco sirve para limpiar los dientes, pero el perro presenta una dentadura de depredador clásica. Carece de los molares grandes que caracterizan a los herbívoros, que sí que los necesitan para triturar la comida. La dentadura del perro se caracteriza todavía por tener largos colmillos y superficies oclusales estrechas típicas del depredador que engancha y despieza a su presa. Los pellets duros del alimento seco no llegan a masticarse concienzudamente, sino que se engullen rápidamente, por lo que no tienen ningún efecto de limpieza. Para la higiene dental lo adecuado son los huesos o artículos para masticar.

Aprovisionamiento de sal o de sodio

En contra de la opinión generalizada de que nuestros amigos de cuatro patas deberían alimentarse sin sal, estos necesitan por naturaleza una cantidad de sal muy pequeña. Si viviese libre en la naturaleza, la extraería de la sangre de las presas. El contenido de sodio de la misma es esencial para el perro. Muchos de los menús de Terra Canis contienen una pequeña cantidad de sal de los Andes, una sal natural sin tratar que representa una excelente fuente natural de sodio.

Aquí puede encontrar el adecuado para cada uno